Leyendas de Gustavo Adolfo Becquer.
La reseña de María Arévalo Gámez de 4º ESO A, sobre las Leyendas de Gustavo Adolfo Becquer, ha sido seleccionada en primer lugar de entre todas las escritas por el resto de su clase.
Los títulos de las leyendas leídas son: "El monte de las ánimas","Maése Pérez el organista","Los ojos verdes","El miserere", y "El beso". El autor es un postromántico español : Gustavo Adolfo Bécquer.
Los relatos fueron escritos en el siglo XlX, de 1857 a 1864.
En sus obras, siempre de carácter legendario, la fantasía de Bécquer se deja palpar en sus escenarios oscuros y tétricos donde se desarrollan las acciones envueltas en el misterio y la intriga del lector, llevadas a cabo por personajes masculinos apasionados (excepto la de El organista) enredados en leyendas populares que se tornan ciertas o tras mujeres descritas como bellísimas e intangibles. Los finales (exceptuando de nuevo la de Maése Pérez) son siempre trágicos por la pasión o pena del protagonista.
Las leyendas de Bécquer cautivan porque hacen vibrar de amor, de curiosidad; hacen arder y a la par contagian la locura con el estilo post-romántico del autor. Nos deja sumergirnos por igual en la luz y en las tinieblas de su mundo interior. Transmite su nostalgia, sus ansias por cazar un amor etéreo al que adora pero no puede asir nunca. Sus espacios también llaman la atención por su silencio y soledad, donde el protagonista puede encontrarse a solas consigo mismo, con su amada o con seres escalofriantes que personifican el terror.
En conclusión, aunque los argumentos de cada relato varíen, la esencia es igual en todos ellos, porque deja ver la soledad, lo monstruoso y fantástico, los sentimientos encendidos y el amor inalcanzable en las mujeres frías que no albergan sentimiento alguno en el corazón. La voz cristalina y sencilla de Bécquer desata en el lector emociones que muy otros muy pocos autores de igual talento han logrado.
Los relatos fueron escritos en el siglo XlX, de 1857 a 1864.
En sus obras, siempre de carácter legendario, la fantasía de Bécquer se deja palpar en sus escenarios oscuros y tétricos donde se desarrollan las acciones envueltas en el misterio y la intriga del lector, llevadas a cabo por personajes masculinos apasionados (excepto la de El organista) enredados en leyendas populares que se tornan ciertas o tras mujeres descritas como bellísimas e intangibles. Los finales (exceptuando de nuevo la de Maése Pérez) son siempre trágicos por la pasión o pena del protagonista.
Las leyendas de Bécquer cautivan porque hacen vibrar de amor, de curiosidad; hacen arder y a la par contagian la locura con el estilo post-romántico del autor. Nos deja sumergirnos por igual en la luz y en las tinieblas de su mundo interior. Transmite su nostalgia, sus ansias por cazar un amor etéreo al que adora pero no puede asir nunca. Sus espacios también llaman la atención por su silencio y soledad, donde el protagonista puede encontrarse a solas consigo mismo, con su amada o con seres escalofriantes que personifican el terror.
En conclusión, aunque los argumentos de cada relato varíen, la esencia es igual en todos ellos, porque deja ver la soledad, lo monstruoso y fantástico, los sentimientos encendidos y el amor inalcanzable en las mujeres frías que no albergan sentimiento alguno en el corazón. La voz cristalina y sencilla de Bécquer desata en el lector emociones que muy otros muy pocos autores de igual talento han logrado.
María Arévalo Gámez
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